
Mi nombre es Angely, bella mujer aderezada con un esbelto y delgado cuerpo
El romanticismo de nuestra pretendida, auténtica y autónoma existencia nos condena al insensato, desesperado, inútil y siempre y en todo momento frustrante intento de llegar a ser otro (trascendencia horizontal) copiando los deseos de otros, y entrando con ellos en conflictos múltiples.